¿Alguna vez ha pensado que un parque recién construido, un centro cultural de nuevo cuño o el diseño de las señales de tráfico transforman su vida, sus costumbres?
Es el poder de la arquitectura, del urbanismo, de esas pequeñas intervenciones realizadas en una ciudad, en un barrio, en una calle. Cuatro prestigiosos estudios de arquitectura nos diseccionan cómo cambia nuestra vida a golpe de hormigón. Es un asunto que atraviesa varias esferas de la existencia cotidiana: filosofía, sociología, ciencias sociales, psicología, arte, diseño…Pero, al mismo tiempo, los habitantes también influyen en ellas y condicionan con sus necesidades y hábitos las ideas de los arquitectos y urbanistas, o así debería ser. Y, ya puestos en el siglo XXI, la sostenibilidad también es un punto de referencia fundamental que nadie puede obviar. Al fin y al cabo, es el futuro. Si no se respetan las razones del medio ambiente, edificios y seres vivos nos hundimos.
Es este un tema que se remonta a siglos. De la cuevas a los grandes rascacielos con firma de postín, de las polis griegas y romanas confeccionadas para la comunicación y los debates ciudadanos a los grandes e impersonales centros comerciales (verdaderos ágoras creados para el consumo y las relaciones), de las ciudades erigidas hacia lo alto (léase Benidorm) a esos hormigueros de adosados y chalés exentos atravesados por culebreantes autopistas, de mercados de abastos convertidos en lugares de ocio y aperitivo a la defenestración de los coches y la exaltación de la bicicleta.
Hablamos de ellos con Carlo y Paolo Colombo, que fundaron el estudio A++ en Lugano, Suiza, previo paso por Milán. A día de hoy tienen oficinas en Miami, Zúrich, Nueva York, Moscú y Shanghái. Le dan a todo: arquitectura residencial, cultural, comercial, planificación maestra, diseño urbano, arte ambiental y público y jardines privados. Como ejemplos actuales, están construyendo una torre residencial en Panamá, un hotel en Gran Caimán, un centro comercial en China y casas particulares en Suiza. “El espacio puede favorecer –confiesan– las actividades de las personas, desde el descanso hasta el trabajo, desde las reuniones hasta los viajes, reviviendo las experiencias de las personas y proyectándolas en el futuro. Hay que tener en cuenta que la actitud para cambiar el entorno es inherente al hombre, destinado a satisfacer la limitaciones impuestas por su naturaleza física y biológica, pero también es un actor creativo destinado a potenciar el bienestar psicológico a través de la búsqueda de la belleza. Por lo tanto, pensamos que la arquitectura no puede ser degradada a una especie de ‘forma de logística’ (llámese burocracia), sino que es el resultado de un proceso artístico“.
Sostenibles hasta decir basta, no son amigos de planificaciones pantagruélicas que cambien todo el ecosistema de los habitantes de una ciudad. “Desafortunadamente, las intervenciones urbanas a gran escala tienen que ver con intereses económicos y políticos. Además, muchas estructuras ya están consolidadas, y con frecuencia son históricas, por lo que la posibilidad de acción y de humanizarlas es limitada”. No podemos terminar con A++ sin dejar que los Carlo y Paolo comenten su visión de una ciudad compatible con las costumbres humanas (sin resquebrajarlas a golpe y porrazo): “Los edificios a menudo se consideran objetos extravagantes en lugar de elementos palpables a los que nuestros cuerpos y sistemas neurológicos están inextricablemente vinculados. La arquitectura no es una abstracción conceptual, sino una práctica real, y el espacio arquitectónico se constituye principalmente a través de una experiencia emocional y multisensorial. Si los descubrimientos científicos más avanzados prometen beneficios en el campo biológico o psicológico, estos mismos descubrimientos también tienen el potencial de mejorar nuestros entornos construidos. Cuidar, colaborar, crear. Tres pilares para desarrollar una arquitectura más sostenible y responsable. Tres pilares que dan forma a la estrategia de sostenibilidad de nuestros proyectos, en un mundo donde la reducción del consumo de recursos y el respeto a las personas se han convertido en prioridades absolutas. Tres pilares que encarnan y guían nuestra ambición: forjar la Arquitectura Humana Sostenible”.
El estudio de arquitectura Hand Madrid es más moderno. Nació en los noventa, y todos sus miembros fueron profesores de la Escuela de Arquitectura de Madrid. Luego el despacho se escindió, y Sergio de Miguel y Cristina López se personaron como directores. Brasil es uno de sus paisajes y lugares profesionales predilectos. En su currículo comparten lugar la docencia, las obras residenciales, las viviendas particulares y las promociones colectivas, y en este momento desarrollan la rehabilitación de un particular edificio residencial en el centro de Madrid, realizado desde una nueva óptica de sostenibilidad y eficiencia energética (sí, otra vez la sostenibilidad).
Para Sergio de Miguel, la arquitectura se detiene en definir el espacio, pero también el tiempo. “Los estilos de vida se someten a muchas variables, y la arquitectura, de manera evidente, atiende a muchas de ellas. La evolución de los sistemas urbanos provoca cambios muy notorios en las dinámicas del hábitat, pero también en el medio ambiente. La ciudad óptima tiende a ser compacta, en busca de un efectivo desarrollo sostenible, lo que conlleva imponer una superposición de usos, pero también buscar el protagonismo de los espacios naturales. Resolviendo las diversas dimensiones de la densidad. La arquitectura de la ciudad ha de ser consecuente con todas esas necesidades y, aunque no siempre las contemple, la dirección es clara. Hay muchos ejemplos, tanto de urbanismo como de edificación, en los que se han conseguido enormes avances en este sentido. Ya no se entiende una evolución sin tener en cuenta todas estas cuestiones”.
Como es lógico, Sergio defiende la conectividad entre las costumbres del señor de a pie y las, por así llamarlas, construcciones e intervenciones: “Los estilos de vida están asumidos por la propia cultura. La interpretación de esa manera de entender los usos y costumbres es siempre abierta, pero no creo que sea nociva. Es verdad que en muchos casos hay una distancia o desconexión por lo que se entiende por cultura, pero los arquitectos estamos en y para el mundo, no en contra. La arquitectura sólo se realiza cuando se consigue que coincidan los intereses particulares con los intereses públicos”.Aunque, como él mismo confiesa, en ocasiones esos estilos de vida, esas costumbres, no coinciden con las necesidades de la gente real, las que se relacionan día a día en la vida del barrio. “Vivimos inmersos en la cultura del espectáculo. Y la arquitectura no puede ser impermeable a eso. De hecho, por su naturaleza, ha cobrado mucho protagonismo en ese ámbito. Más de lo que probablemente debería. Pero la buena arquitectura no tiene porqué vincularse a las realizaciones de los grandes gurús del star system. Hay muchos arquitectos anónimos, extraordinariamente valiosos y capaces, que consiguen grandes logros sin tener demasiada repercusión. Saber ver la potencialidad de la arquitectura es una asignatura pendiente en la mayoría de las culturas”.
Paolo Setti es el mandamás de FiPro Studio, que nació en los años noventa en Florencia enfocado en la gestión y en los proyectos de interiores. Tiene sede en Madrid, Milán y Múnich. El espacio (sobre todo interior, donde casi siempre transcurre la vida) es su ADN. Paolo desglosa su particular visión del futuro entre la conexión arquitectónica-humana: “Todo ya ha cambiado y va a cambiar. El mundo físico se está trasformando sin consecuencias arrastrado por la revolución digital. Los conceptos clásicos de la arquitectura y del urbanismo ya han sido arrasados por Internet, por la realidad aumentada, por la Inteligencia Artificial. Los drones y la conducción asistida hacen trizas los conceptos clásicos de verticalidad, de centro y periferia. Trabajas prácticamente donde quieras. Adquirimos cualquier cosa, hasta conocimiento, sin movernos de casa. Aprovechamos el tiempo y el espacio de una manera totalmente nueva. Las teorías de Koolhaas sobre el mixer funcional resultaron ser totalmente ciertas, aunque ya sobrepasadas. La arquitectura vuelve a tener una gran oportunidad para volver a ser ¡moderna!”.
¿Cómo influye la arquitectura en las costumbres?, ¿o cómo influyen las costumbres en la arquitectura? “Yo creo que la aceleración funcional de la nueva era digital ha determinado un doble registro en proyecto. Por un lado, la refuncionalización de la arquitectura existente ha amplificado la importancia del proyecto de Interiores. Las nuevas necesidades están obligando a los arquitectos a rediseñar el funcionamiento de las cosas. Las arquitecturas existentes se ven atacadas por nuevos habitantes. Se modifican en nuevos espacios, con nuevas relaciones y con diferente destino. Así en cierto modo pasó en la Era Moderna, el cambio empieza por las diferentes necesidad de uso. Ahora más, ahora empezamos desde un nuevo centro “hombre, teclado y pantalla”. Este simple concepto es el ¡centro ahora del todo! Cómo volvemos a la arquitectura desde este centro, ese es el gran y fascinante reto que tenemos delante. No hay limites físicos. Hay todo el posible y el imposible también. Cómo nos relacionamos con proyectos como el de Foster & Partners para la empresa DJI, la mayor productora de drones del mundo, en Shenzhen (China). Donde está claro que lo que está arriba, probablemente será el que más abajo esté. No sabemos todavía cómo tomará forma este nuevo mundo aéreo. Tenemos la obligación de pensar en ello y diseñar su arquitectura. No sabemos todavía lo que pasará a nivel 0.00, liberado de la esclavitud del coche”. La verdad, no sabemos qué pensar. O mejor, no lo hagamos y sigamos relacionándonos con esa arquitectura que cambia nuestras vidas.
En Tétris también tienen mucho en cuenta aquello que se engloba bajo el término verde. Empezaron con un pequeño estudio bautizado como Area Zero, y en 2006 Jones Lang LaSalle lo absorbió para convertirlo en un servicio importante de Jones Lang LaSalle Arquitectura. Hoy, Tétris está presente en 16 países, y por sus infraestructuras deambulan 750 personas especializadas en lo que ellos denominan Design & Build. Están a punto de poner en marcha Dupont en Asturias y Webedia en Madrid.
Miguel Fernández, director de desarrollo de negocio de la firma, habla de la misión humana de la arquitectura: “La arquitectura nos rodea y nos hace la vida más fácil o más difícil. Es la generadora de espacios diseñados por el hombre. Gran parte de nuestra vida transcurre dentro de la arquitectura, afectando a labores cotidianas e incluso a estados de ánimo. Por tanto, por supuesto que considero la arquitectura muy poderosa. Pero una poderosa herramienta, no arma, ya que queremos que la gente viva mejor, no matarla”.
Miguel nos regala algunos ejemplos tan triviales como cotidianos de cómo influyen las intervenciones más habituales en las costumbres: “Un ejemplo sencillo es cómo se configura el acceso a una vivienda en un edificio de vivienda colectiva. Si el acceso al mismo se plantea desde una zona que favorezca la relación entre vecinos, muy probablemente estos se conozcan e interactúen, pero si no es así, puede que nunca veas a tus vecinos. Ocurre lo mismo con las plazas, cuando se peatonaliza una zona comercial o se restringe el tráfico en una ciudad”.
Al principio del reportaje hablábamos de que existen mínimos cambios de los que, a priori, no somos conscientes, pero que a la larga influyen más que un puñado de grandes cambios de envergadura y millones. “Todas la intervenciones urbanas influyen en el día a día de la gente. No es necesario que sean espectaculares, si no que resuelvan un problema o aporten un valor añadido a la ciudad, y hay muchas más intervenciones de este tipo en general. Las construcciones singulares a veces llaman mucho la atención y hasta pueden dinamizar una zona por su poder de atracción, pero en realidad, las ciudades están plagadas de intervenciones mucho más modestas que hacen que funcionen”. Para terminar, un apunte muy inteligente sobre cómo se mueve ese ‘cuerpo’ llamado ciudad: “Los espacios tienen que acompañar las necesidades y los ritmos de la gente, y los lugares que genera la arquitectura no siempre son exteriores. Una calle, rodeada por edificios, es un espacio configurado por la arquitectura y condicionado por las normas urbanísticas. En cualquier caso, los cambios arquitectónicos de una ciudad son más lentos que las modificaciones en los interiores. Tétris, especializada en acondicionamiento de interiores, toma constantemente el pulso de la gente y trata de adaptarse a las necesidades de las personas, que en definitiva son quienes hacen ciudad”.